Pudo ser producto de la lasagna del almuerzo, o de la celebración del cumpleaños de Pablo anoche, o de una semana ardua de trabajo y ejercicio, o simplemente un deseo reprimido, diría Freud. Sea por el motivo que fuera, el sueño que tuve durante la siesta de hoy, fue de esos en los que uno al despertar, cierra los ojos y desea seguir soñando.
Este fue el sueño:
Mi empresa había crecido y teníamos alrededor de 100 personas trabajando. Pero como es recurrente en mis sueños, la empresa era un museo. Por alguna circunstancia desconocida, tuvimos que viajar todos en barco. Pero no era un crucero, sino más bien, dentro del barco construímos el museo.
Recuerdo que estaban los diseñadores y diagramadores de nuestra revista, pero no estaban ejerciendo su profesion artística, sino que eran museólogos. Como el barco no era tan grande ni tenia tantas habitaciones, planeamos dormir en los pasillos, siempre y cuando se dejaran espacios en los escalones.
Durante la primera noche, fui a visitar el camerino de mi papá y él tenía 3 camerinos: la oficina, la habitacion y una recámara del museo. Durante la visita, me dijo que no durmiera yo en los pasillos, prefería que siendo el Director de la empresa, durmiera en mi oficina, de esta manera, podría recibir la visita de mi hermana al otro día en un lugar presentable.
Ironías de Morfeo: ¿Cómo se supone que iba a llegar mi hermana al día siguiente, si estábamos zarpando a alta mar?
Se preguntarán de qúé era el museo, pues yo también.
Lo que es cierto, es que al mejor estilo del Arca de Noé, volví al pasillo y me dormí con mis compañeros de trabajo, esperando poder hacer mi oficina mañana.
Este fue el sueño:
Mi empresa había crecido y teníamos alrededor de 100 personas trabajando. Pero como es recurrente en mis sueños, la empresa era un museo. Por alguna circunstancia desconocida, tuvimos que viajar todos en barco. Pero no era un crucero, sino más bien, dentro del barco construímos el museo.
Recuerdo que estaban los diseñadores y diagramadores de nuestra revista, pero no estaban ejerciendo su profesion artística, sino que eran museólogos. Como el barco no era tan grande ni tenia tantas habitaciones, planeamos dormir en los pasillos, siempre y cuando se dejaran espacios en los escalones.
Durante la primera noche, fui a visitar el camerino de mi papá y él tenía 3 camerinos: la oficina, la habitacion y una recámara del museo. Durante la visita, me dijo que no durmiera yo en los pasillos, prefería que siendo el Director de la empresa, durmiera en mi oficina, de esta manera, podría recibir la visita de mi hermana al otro día en un lugar presentable.
Ironías de Morfeo: ¿Cómo se supone que iba a llegar mi hermana al día siguiente, si estábamos zarpando a alta mar?
Se preguntarán de qúé era el museo, pues yo también.
Lo que es cierto, es que al mejor estilo del Arca de Noé, volví al pasillo y me dormí con mis compañeros de trabajo, esperando poder hacer mi oficina mañana.